Durante los últimos meses, un equipo de arqueólogos e historiadores de Contexto ha realizado, por encargo de la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Valdemorillo, la catalogación y estudio de los bienes del Patrimonio industrial de Valdemorillo con el propósito de iniciar el procedimiento de incoación como Bien de Interés Cultural (BIC) de los elementos que integran los paisajes industriales de esta localidad madrileña. Este trabajo debe situarse dentro de una trayectoria previa de esfuerzos llevados a cabo por las instituciones locales de Valdemorillo y diversos organismos regionales para rescatar del olvido, frenar el deterioro y poner en valor el valioso Patrimonio industrial que se conserva en el municipio, distribuido tanto en su ámbito urbano como en otras zonas del término municipal.

A lo largo de las últimas décadas, en paralelo al estudio y puesta en valor de los vestigios materiales e inmateriales de los procesos productivos, en Valdemorillo se han dado pasos significativos en la concienciación sobre este tipo de bienes patrimoniales de carácter industrial, que en esta localidad particularmente están relacionados con la fabricación de lozas y los procesos de producción de cal, que han dejado una singular huella en el paisaje local.

El patrimonio industrial de Valdemorillo no solo abarca objetos y estructuras físicas, sino que también constituye un componente esencial de la identidad cultural y social de la comunidad. El valor de estos elementos proviene de su importancia histórica, arquitectónica y social, así como de sus características técnicas y de su vinculación con los recursos que el entorno físico de la localidad ofrecía. Este patrimonio incluye fábricas de harinas, fábricas de cerámica y vidrio, hornos de cal, minas, molinos, etc., elementos productivos que han sido parte integral del desarrollo económico y social de la región. La preservación de estos elementos permite a las generaciones actuales y futuras conectar con su historia, entender sus raíces y desarrollar un sentido de pertenencia que fortalece la cohesión social.

Estos elementos son fiel reflejo de procesos de industrialización que han marcado los modos de vida y la economía de la población de Valdemorillo y forman parte en la actualidad de un paisaje que se ha visto modificado.

En la actualidad, algunos de los elementos que hemos estudiado se encuentran en avanzado proceso de ruina, como consecuencia de su abandono o de otros factores traumáticos como la Guerra Civil española. Sin embargo, en ciertos casos se han reconvertido generando nuevos espacios en antiguos edificios o en las ruinas de estos, con una función cultural que ha permitido su mantenimiento.

Las estructuras industriales que aparecen diseminadas por diferentes puntos de Valdemorillo son vestigio y representan una actividad que configuró un espacio diferenciado y único, creando un paisaje y una arquitectura singular. Su construcción, buscando los puntos más idóneos (tanto por la cercanía de vías de comunicación o las materias primas), otorga una singularidad al territorio que ha perdurado hasta la actualidad tanto en la memoria colectiva de las gentes de Valdemorillo como en el propio espacio donde han quedado fosilizadas.

Estas estructuras conforman un paisaje industrial dentro del territorio de Valdemorillo y, por ende, del Patrimonio industrial madrileño y nacional, patente en diferentes conjuntos o sectores (Vétago, casco urbano, etc.) que dotan de una identidad singular a este municipio.

Muchos de ellos conservan visibles o parcialmente enmascarados por la vegetación gran parte de sus componentes, siendo todavía también patente su vinculación con otros elementos del entorno (geológicos -minas o canteras de piedra- y/o derivados del proceso industrial -cenizales) en el que se puede apreciar la transformación que ocasionó su adaptación al proceso industrial.

Vistos estos antecedentes, el empeño del consistorio en promover la declaración como B.I.C. de los elementos que hemos señalado aspira a conseguir un marco legal que garantice la protección de estos bienes como punto de partida para conseguir recursos con los que emprender acciones que permitan su estudio detallado y, a la postre, su restauración y puesta en valor para darlos a conocer. Esto deviene fundamental para prevenir su deterioro, abandono o de demolición, asegurando que las futuras generaciones puedan disfrutar y aprender de este singular patrimonio.